EDITORIAL

Translated By Halszka Czarnocka

August 11, 2006
El Salvador - Diario Co Latino - Original Article (Spanish)

Ilda Claribel de Ramirez, center, cries (above) as her husband
Donal Alberto Ramirez's coffin is repatriated at San Salvador's
Ilopango Airport. Aug. 1 (below). Ramirez was killed while on
active duty with El Salvador's Cuscatlan batallion in Iraq.





Shipping Out: Troops from El Salvador's Cuscatlan Batallion
before embarking to Iraq, Aug. 11. (above and below).




------------------------------------------------------------------------------

Unquestionably first among the news on the world media last Thursday and Friday [August 10-11] was the announcement of the supposed terrorist plan against the United States and Great Britain, discovered by British police and domestic security agencies.

If the plot proves true, the police would have certainly saved the innocent lives of those traveling from the Old Continent toward the United States. And even in the opposite case [if it proves untrue], the crisis managed to divert the world's attention from Lebanon and the Palestinian territories, which have been the targets of Israeli military aggression since July 12.

Undoubtedly, the news alarmed not only the authorities of the countries that were directly threatened, but also all persons that, for whatever reason, were to travel on the targeted airlines, as well as all countries having direct flights to the United States or Great Britain.

Even El Salvador has became involved in a series of actions and reactions that have affected travelers, and has issued its own alert, as we informed our readers in our edition yesterday.

This most recent terrorist threat has served to remind us that the peace all over the world is endangered. And that danger, obviously, is not exclusively due to threats associated with the forces of terrorism or what is considered by the great powers to be terrorism; it emanates from the great powers themselves.

For example, the fact that the great powers tolerate or encourage the indiscriminate bombing of Lebanon by Israel also endangers world peace; and not only because even at a distance one cannot ignore the suffering of civilian victims, but also because it provokes a reaction from nationalists, fanatics and terrorists, like the one announced yesterday [Aug. 10]. Let’s recall that the fundamentalist group al-Qaeda called for attacks in retaliation for Israel’s war on Arabs in the Palestinian territories and in Lebanon. Obviously, the victims on both sides are always the civilian population: it is civilians who die, massacred in Lebanon; it is civilians being killed in Israel by Hezbullah’s rockets; it is civilians who die or suffer in terrorist attacks, as happened on September the 11th  of 2001 or on March the 11th in Spain.

And, although the answers may be complex, we must again pronounce that the key questions are: Why do some people want to crush others? Why do some maintain a silence that makes them accomplices? Why do some of the great economic and military powers wish to impose the rules of game? Why there are no forces of equilibrium that would enforce peaceful coexistence? Why does intolerance dominate reason?

El Salvador serves to foment all of this by providing troops of occupation to Iraq.

Spanish Version Below

La paz mundial está amenazada ¿por qué?

Friday, August 11, 2006

La principal noticia de todos los medios informativos del mundo de este jueves y viernes, indiscutiblemente ha sido el anuncio de un supuesto plan terrorista contra Estados Unidos y Gran Bretaña, descubierto por la inteligencia policial británica.

De ser cierto el complot, entonces, seguramente la inteligencia policial habría salvado vidas inocentes que viajarían del viejo continente hacia Estados Unidos de América. Si no lo fue, lograron desviar la atención de los ojos del mundo que están puestos en Líbano y territorio palestinos, blancos militares de Israel desde el 12 de julio pasado.

Sin lugar a dudas, la noticia puso en alerta no sólo a las autoridades de los países directamente amenazados, sino a todos y todas que por alguna razón tenían que viajar en las aerolíneas amenazadas, así como a aquellos países que tienen vuelos directos con Estados Unidos o Gran Bretaña.

El Salvador, inclusive, tuvo que involucrarse en una serie de movimientos y medidas que afectaron a sus viajantes, y se sumó a la alerta, tal como lo informamos en nuestra edición de ayer.

La amenaza terrorista nos vino a recordar que la paz mundial está amenazada. Obviamente, esa amenaza no es exclusividad de las fuerzas terroristas o consideradas terroristas por las grandes potencias, sino también de las potencias mismas.

Por ejemplo, el hecho de que las grandes potencias toleren o alienten los bombardeos indiscriminados de Israel contra Líbano, es atentar contra la paz mundial, no sólo porque no se puede ignorar, desde la distancia, el sufrimiento de las víctimas civiles, sino porque, eso provoca reacciones de nacionalistas, fanáticos o terroristas como la ocurrida ayer.
Recordemos que el grupo fundamentalista Al-Qaeda, anunció atentados por la guerra de Israel contra los árabes en territorio palestino y libanés. Obviamente, las víctimas de unos y otros, es siempre la población civil, porque son los civiles los que están muriendo masacrados en Líbano, porque son civiles los israelitas que mueren por los misiles del Hizbolá, porque son civiles los que mueren o sufren ante los atentados terroristas, tal como sucedió el 11 de septiembre de 2001, o el 11 de marzo en España.

Y aunque la respuesta sea tan compleja no podemos dejar de afirmar que las preguntas claves son: ¿Por qué los unos quieren aplastar a los otros?, ¿por qué algunos guardan silencio cómplice?, ¿por qué los intereses económicos y el poderío militar de unos quiere imponer las reglas del juego?, ¿por qué no hay fuerzas de equilibrio para forzar la convivencia pacífica?, ¿por qué la intolerancia se está imponiendo a la razón?

El Salvador está contribuyendo a fomentar esto, cuando mantiene tropas de ocupación en Irak.