El amor apache de Bush
By
Sergio Muñoz
Bata
Agosto 14 de 2007
El nuevo
paquete sobre inmigrantes va
a generar un caos laboral, económico, burocrático y humano.
Exageran quienes dicen que la economía
Tampoco resulta fácil de entender, sobre todo a quienes
creímos en la sinceridad de
una administración que hace apenas
unos meses argumentaba en el pleno del Congreso que el desvencijado sistema migratorio nacional exigía una solución
integral, cambie ahora la tonada y actúe como alcahuete de la extrema derecha del país concentrándose en las medidas punitivas
contra indocumentados y patrones.
¿Cómo
creerle a la administración
de Bush cuando el propio Chertoff le informa al país que la política
de mano dura no es sino una
nueva estrategia para obligar al Congreso a avanzar finalmente con la reforma migratoria integral, que sólo se hará cuando
los congresistas no toleren la presión de los cabilderos de industrias que dependen desproporcionadamente de
los indocumentados?
Del nuevo
paquete, se destacan aquellas medidas que endurecen las
normas para la contratación de trabajadores al obligar a las empresas
a verificar en un plazo de
90 días el estatus migratorio de los trabajadores con números de seguro social que discrepan con la base de datos
del gobierno. De acuerdo
con el plan, la Administración del Seguro Social enviará unas 140.000 cartas al año hasta cubrir
un total de 8 millones de personas.
El problema
con esto, que en principio suena manejable, es que
si algo demuestran
las experiencias previas de papeleo entre la oficina del Seguro Social y los empleadores es que el elevado
margen de error de los datos oficiales que maneja la agencia
gubernamental es altísimo y el desastre que estas fallas
les han causado a empleadores y empleados. Los patrones que
no cumplan con estas disposiciones y contraten a trabajadores indocumentados serán sancionados económicamente y se harán acreedores a sanciones penales.
Respecto al reforzamiento de las fronteras, aparte de la construcción de muros y barreras, y de la colocación de cámaras fotográficas y torres con radares en la frontera sur, ya aprobados
por el Congreso, el nuevo paquete contempla
aumentar a 20.000 el número
de agentes fronterizos para el 2009 y expandir el cupo del espacio carcelario para detenidos por violaciones
de las leyes migratorias.
Una de las medidas que más
aristas tiene es la que establece
que las policías
estatales y municipales serán entrenadas para cumplir tareas
migratorias, pues hace caso omiso
de la recomendación de jefes
de policía, que siempre han dicho
que cambiar el perfil de la policía local tendría un efecto tremendamente negativo en las investigaciones que realizan en las comunidades de inmigrantes porque se perdería la confianza.
¿Qué
clase de amor apache es este que
nos receta ahora la administración de Bush apoyando medidas que van a generar un caos laboral, económico,
burocrático y, sobre todo, humano al incrementar las deportaciones, separar familias y dislocar empresas dizque para salvar al país de sí mismo?