La Jornada,
Mexico
False Notions Regarding Missiles and North Korea
By Pedro Miguel
Translated by Halszka Czarnocka
July 11, 2006
Mexico - La Jornada - Original Article (Spanish)
The seven obviously obsolete missiles that North Korea test-launched
last week caused a shudder throughout the world's corridors of power, as if
their target had been the White House and the crystal palace of the United
Nations. It's important to get a bit of perspective on this international fuss,
which is based on a number of false premises: for instance, that ballistic
missiles are the same as nuclear weapons; that the production and testing of the
former is somehow prohibited; that the Nuclear Non-Proliferation Treaty (NPT)
justifies "preventive attack;” that there exist strict and precise
international legislation on these matters or that existing rules are
rigorously enforced.
As to the first myth, there is no legal instrument forbidding any nation
from developing missile technology. This includes everything from portable rocket
launchers to the huge contraptions used for space experimentation and exploration.
As long as they don't land on their neighbors' heads, every nation has the
right to test any projectiles it fancies.
As for the second piece of false data, the possession of
intermediate or long-reach missiles is not the same as possessing atomic
weapons: During the bloody and stupid 10-year war that Saddam Hussein waged
with Iran, both sides launched many intermediate-range missiles bearing
conventional explosives against the other, even if some of the Iraqi missiles
carried chemical weapons. Japan, with its space-imaging capability, is able to
bomb North Korea and a number of other countries.
North Korea is a signatory to the NPT, but (the third myth) that
act is not irreversible. Article X states: "Each Party shall in exercising its
national sovereignty have the right to withdraw from the Treaty if it decides
that extraordinary events, related to the subject matter of this Treaty, have
jeopardized the supreme interests of its country."
Israel, India and Pakistan withdrew from the agreement and
acquired nuclear weapons without anyone sounding the alarm. To make or renounce
the projectiles of Armageddon is not a matter of legality, but of a
government's political will. According to Mohamed ElBaradei, director of the
International Atomic Energy Agency, some 40 countries meet the conditions
necessary for developing nuclear arms and the missiles that can carry them.
The fourth myth, disseminated with particular intensity by the
United States government, is that only democracies - notwithstanding all of their
baggage and Bush's electoral fraud - are suited to possessing nuclear weapons. This
is obviously false, unless one is suggesting that the Chinese regime, the
Pakistani dictatorship or the web of mafias and bureaucracies that govern
Russia boast of a democratic character. And the fifth myth is that nuclear
arsenals must be restricted to pacifist or peaceful regimes. Is Tel Aviv such a
regime? Are Washington or London?
Obviously, Kim Jong-il is the head of a state
that is tyrannical, pugnacious and delirious; he is without doubt more
dictatorial than Bush, but not as bellicose. Perhaps if Pyongyang were the
capital of a superpower, there would be North Korean troops assassinating
civilians in far away countries, just like the American and British armies are
doing in Iraq and Afghanistan today. But this is irrelevant speculation. North
Korea has exactly the same right to arm itself with long-range missiles, and
maybe even nuclear weapons, as Switzerland. After all, placing "preventive war”
on the political agenda can justifiably be seen as one of those "extraordinary
events” mentioned in Article X of the NPT. And now Tokyo is beginning a review of its
strategy and is discussing possible attacks on North Korean missile launch pads .
The Kim Jong-il's regime is holding the world in suspense with a
few fireworks, whose technology is no more advanced than the famous - and
useless – Iraqi SCUDs. It is possible that it wants money in exchange for
dismantling its missiles and bombs. However this isn;t the real problem. Rather, the problem is a
war that has been frozen for 60 years and must be formally concluded. Maybe
it would be good to set aside present clamor and push for the reunification of
Korea.
navegaciones@yahoo.com
Spanish Version Below
Los misiles
Los siete cohetones de feria, previsiblemente obsoletos, lanzados
la semana pasada por Corea del Norte en régimen de prueba, han causado un
revuelo de estremecimientos en las cúpulas del mundo, como si los objetivos
hubieran sido la Casa Blanca y el palacio de cristal de la Organización de
Naciones Unidas. Hay que poner un poco de distancia ante esa alharaca
internacional que se desarrolla sobre diversas falsedades; por ejemplo, que
misiles balísticos son lo mismo que armas nucleares, que la fabricación y
prueba de los primeros está prohibida de alguna manera, que el Tratado de No
Proliferación Nuclear (TNP) justifica "ataques preventivos", que
existe una legislación internacional estricta y precisa en estas materias o que
lo existente se cumple a rajatabla.
Primera falacia: no hay instrumento legal alguno que impida a
cualquier país del mundo el desarrollo de tecnología
de misiles. Esto vale para las granadas autopropulsadas de
lanzadores portátiles lo mismo que para los grandes cachivaches de
experimentación y exploración espacial. En tanto no aterricen en la
cabeza del vecino, todo Estado tiene derecho a probar
los proyectiles que quiera.
Segundo dato falso: tener misiles de medio o largo alcance no
equivale a la posesión de bombas atómicas. En la guerra sangrienta y estúpida
que Saddam Hussein mantuvo con Irán a lo largo de 10 años, ambos bandos se
arrojaron numerosos misiles de alcance intermedio cargados con explosivos convencionales, aunque algunos de los iraquíes probablemente
iban cargados con armas químicas. Japón, con los vectores espaciales que posee,
está en condiciones de bombardear Corea del Norte y
muchos otros países.
Corea del Norte es signataria del TNP,
pero (tercera mentira) este instrumento no es irrenunciable. Su artículo décimo
establece que "cada parte tendrá derecho, en ejercicio de su soberanía
nacional, a retirarse del tratado si decide que
acontecimientos extraordinarios, relacionados con la materia de que es objeto
de este tratado, han comprometido los intereses supremos de su país". Israel, India y Pakistán renunciaron al acuerdo y se dotaron de
armas nucleares sin que nadie pusiera el grito en el cielo. Fabricar
armagedones lanzables o negarse a hacerlo no es un asunto de legalidad, sino de la voluntad política de cada gobierno. Según
Mohamed el Baradei, director de la Agencia Internacional de Energía Atómica,
unos 40 países reúnen las condiciones necesarias para desarrollar armas
nucleares y sus correspondientes lanzaderas.
Una cuarta noción falsa, diseminada con particular intensidad por
el gobierno de Estados Unidos, es que sólo las democracias -con todo y los
fraudes electorales de Bush, es de suponer- pueden poseer bombas atómicas, lo
cual, por supuesto, es falso, a menos que se otorgue carácter democrático al
régimen chino, a la dictadura paquistaní o al pacto de mafias y burocracias que
gobierna en Rusia. Y una quinta es que los arsenales nucleares deben estar
reservados a regímenes pacifistas o pacíficos: ¿El de Tel Aviv, por ejemplo? ¿Acaso los de Washington y Londres?
Lo obvio: el poder que encabeza Kim Jong Il es tiránico, peleonero y delirante; más dictatorial que el de Bush, sin duda,
pero no tan belicoso. Tal vez si Pyongyang fuera la capital de una
superpotencia habría tropas norcoreanas asesinando civiles en países remotos, como hacen las fuerzas estadunidenses e inglesas en Irak y
Afganistán. Pero la caracterización y la especulación son
irrelevantes. Corea del Norte tiene tanto
derecho como Suiza a armarse con misiles de largo alcance, y tal vez también
con armas atómicas. A fin de cuentas, la colocación de la "guerra
preventiva" en el tablero mundial bien puede considerarse uno de los
"acontecimientos extraordinarios" de los que habla el artículo décimo
del TNP. Y el gobierno de Tokio empieza a reivindicar la estrategia y habla de
emprender ataques a las bases norcoreanas de lanzamiento de misiles.
El régimen de Kim Jong Il mantiene en
vilo al mundo con unos cohetones de feria, cuya tecnología no será más avanzada
que la de los famosos -e inútiles- Scud iraquíes. Es posible que quiera dinero
a cambio del desmantelamiento de sus misiles y sus
bombas. El problema real no está ahí, sino en una guerra que se ha mantenido
congelada durante 60 años y que debería llegar a su
término formal. Tal vez sería bueno dejar de lado la alharaca y presionar para
la reunificación de Corea.
navegaciones@yahoo.com